Se trata de una experiencia piloto impulsada por el Ayuntamiento de Madrid que se inicia en 1990 con la recogida selectiva de envases de vidrio (contenedores), papel y cartón, voluminosos y pilas eléctricas y se completa con la separación domiciliaria de la fracción orgánica del resto de la basura para su recogida por separado.
Madrid.