La ciudad de Gijón ha experimentado drásticos cambios derivados del proceso de industrialización, básicamente de los sectores siderúrgico y naval, y de sus posteriores reconversiones, que no han estado acompañados por una adecuada planificación urbanística. Como consecuencia, por una parte, han ido apareciendo espontáneamente, en las zonas más degradadas social y ambientalmente, barrios periféricos y en concreto diversos núcleos de chabolas sin equipamientos e infraestructuras adecuadas, y por otra, se ha venido produciendo una degradación medioambiental progresiva de la costa.